A lo largo de los años, tanto en mis sesiones individuales como en los talleres y laboratorios creativos, he tenido el honor de acompañar a personas en un hermoso viaje de descubrimiento vocal y personal. Mis alumnas/os y participantes suelen destacar cómo el trabajo con la voz trasciende el canto, ayudándoles a conectarse con su cuerpo, a transformar sus inseguridades, y a abrirse a nuevas formas de expresión. A continuación os comparto una síntesis de quienes han vivido este proceso:
Conexión cuerpo-voz: Los participantes descubren cómo la respiración y la postura no sólo mejoran su voz, sino que también les ayudan a liberar tensiones, mejorar dolencias y adquirir una mayor consciencia corporal.
Exploración y balance emocional: Muchas personas han comentado que los talleres les permiten dejar de lado el juicio, amigarse con su timidez o miedo, y comenzar a expresar su voz con autenticidad y seguridad.
Un espacio amoroso y creativo: A lo largo de estos procesos, mis alumnas/os agradecen el ambiente respetuoso y acogedor que creamos juntas/os, donde se sienten libres de explorar y jugar con su voz en un entorno seguro y libre de juicios.
Experiencia significativa para llevar a la vida: Más allá de las técnicas vocales, el trabajo realizado les acompaña en su vida diaria, fortaleciéndolos emocionalmente y ayudándolos a proyectarse con mayor confianza y seguridad, tanto en el canto como en sus relaciones y actividades cotidianas.
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